28 Ago La llamada de la luna, de Cristian Blanco

Título: La llamada de la luna
Autor: Cristian Blanco
Editorial: Wave Books
Año de publicación: 2017

La llamada de la luna es una notable novela de terror, con momentos de tensión sobresalientes, centrada en la temática de los licántropos (como su propio título ya hace sospechar), y otros seres similares. Una buena opción si te gustan las historias de personajes cercanos, con una fuerte carga de introspección psicológica, y la acción terrorífica al más puro estilo de Stephen King.

Aquí tenemos una novela cuya historia está protagonizada por tres muchachos, en la difícil transición entre la niñez y la adolescencia. Esto es algo muy jugoso desde el punto de vista literario, dados los complejos e inseguridades propios de esta época vital, y que el autor sabe explotar con eficacia. Durante unas vacaciones en un pueblecito en apariencia anodino, los tres protagonistas se ven envueltos en una vertiginosa y escalofriante historia de terror donde participarán hombres-lobo (u hombres-perro, mejor dicho), así como implacables asesinos humanos, y una terrorífica criatura ancestral.

Hay siempre un fuerte aire a Stephen King, y por ello en la narración tiene mucha más importancia la introspección y el desarrollo de los propios personajes que el elemento sobrenatural en sí mismo… Permitiéndome cierta digresión, King no es para mí un escritor de terror puro y duro, como lo serían Poe, Clive Barker o Lovecraft, que se concentran en el hecho sobrenatural: King es más bien un escritor costumbrista, un narrador de la psicología humana, sometida a presiones casi insoportables; un escritor interesado más en esa naturaleza humana que en la naturaleza del Terror en sí mismo.

En La llamada de la luna, pues, los personajes aparecen definidos con mucha solidez y credibilidad, tanto los buenos como los malos, hasta el punto de que se les puede comprender a todos, sus motivaciones y actos, y de la comprensión, lógicamente, nace la empatía. Aunque los protagonistas son unos chicos jóvenes no estamos ante una obra juvenil, sino muy adulta, dramática e incluso trágica. Estos jóvenes, con sus inseguridades y complejos y no obstante también con su heroísmo a la fuerza, recuerdan a los niños del It del ya mencionado Stephen King, aunque con un estilo personal del autor que evita la copia, y también a los protagonistas de la serie de TV Stranger Things.

Cristian Blanco

Durante el primer tercio o incluso mitad del libro la narración es algo lenta y se centra en la descripción de los personajes mundanos y de la propia vida en el pueblo, con sus arquetipos y modelos humanos, cada uno con sus problemas personales. Este es el principal escollo de la novela, que puede resultar peligroso si el lector no es paciente, pues da la impresión de que desde el punto de vista sobrenatural sucede demasiado poco, y lo que sí sucede es un tanto predecible. En determinados momentos se hace cuesta arriba, parece más bien una novela costumbrista que de terror u horror.

Pero si se persiste, de pronto la narración pega un vuelco y tiene lugar una escalada de acontecimientos y de tensión que llevarán, en el último cuarto de la novela, a una explosión de acción, violencia y terror, con algunos giros imprevistos que dejarán atónito al lector (cosa que por supuesto encanta al lector y demuestra la fortaleza narrativa del autor). Esta parte es sin duda la mejor del libro y justifica con creces todo lo que de arduo antes pudo tener.

Cristian Blanco viene con los deberes hechos y sabe cómo imprimir tensión y un ritmo demoníaco en el tramo final, que mantiene al lector bien enganchado a la lectura. Como debe hacerse.

También resulta muy positivo que la novela se desarrolle en un pueblecito de Cataluña y en los años 80, pues permite al lector español reconocer todos esos guiños y lugares comunes que no disfrutará en las quizá demasiadas novelas de terror y acción escritas por autores españoles en el sempiterno Estados Unidos de América. Se agradece que los personajes gasten pesetas o escuchen a Mecano en lugar de manejar dólares o escuchar a Johnny Cash. Este aire nacional resulta fresco y agradable y acerca al lector a la narración y los personajes.

En definitiva, La llamada de la luna es un libro bien escrito, entretenido, sólido, con picos muy altos de potencia e intensidad, que mantendrá enganchado al lector e incluso le dejará sin aliento en varias ocasiones. Es una novela ideal para seguidores de Stranger Things o Stephen King. El autor sabe tomar lo mejor de sus maestros para crear algo con un estilo propio y personal.

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Andrés Díaz Sánchez